Quiero un hombre barato enganchado a los placeres caros. Un amante complaciente dispuesto a ser usado, un tipo del montón que no me venga con segundas, una espalda amplia y unas nalgas con hoyuelos. No exijo demasiado, están por todas partes, ¿es que no lo sabes? Quiero un amante natural y agradecido, con camisa almidonada y pantalón de pinzas. Te daré lo que me pides. Date la vuelta y mira más abajo, busca la moneda que cayó al suelo, no me digas que es de cobre. Quiero un tipo duro que me muestre el ojete a modo de saludo, incapaz de hacer pucheros cuando lea en mi mirada. Levanta tus piernas y déjalo a la vista, lameré tus pies y escupiré sobre tu vientre. Antes de terminar te explicaré de dónde vienes y te haré saber lo que me inspiras. No usaré ni una palabra. Busco un hombre sin principios, con su torso de tonel y los andares del que ya no tiene prisa. Te esperaré aquí sentado. ¿Acudiste a mi llamada? Alguien me dijo que eres un hombre barato.