
Lo que andaba buscando era algo que solo él sabía, hasta que te llevaba a su casa y bajaba las persianas. Calzoncillos en los tobillos y su cabeza pegada a mi vientre. Joder, sí. No había un plan B, aquello era lo que era. Un éxtasis eléctrico. Sabía que si me metía un dedo en el ojete en el momento oportuno su recompensa llegaría bajo la forma de incontrolables oleadas blancas, mi cuerpo tenso como una cuerda de guitarra, la promesa de algo inminente, no desaprovecharía ni una gota. Se relamería satisfecho y su mirada franca me diría que, una vez más, había encontrado lo que andaba buscando.
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Hola, Alberto los relatos son muy breves (microrrelatos) y están completos: si quieres leer más puedes hacerlo aquí: https://palabradeoso.com/tag/microrrelatos_palabradeoso/
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