No me gusta mirar series. No lo hago si puedo evitarlo. Reclaman muchas horas de sofá, todo el mundo habla de ellas continuamente y a menudo decepcionan. Si he acabado viendo la primera temporada de Severance (Apple TV) ha sido por la entusiasta recomendación del maestro Stephen King a través de su Twitter. La serie me ha parecido extraordinaria aunque no se la recomiendo a nadie porque no hay nada peor que crearle a alguien la necesidad de tragarse innumerables horas de televisión. Yo nunca haría eso. Pero yo no he venido aquí a compartir mis reflexiones sobre las dichosas series de televisión sino a rendirle un pequeño homenaje al personaje de Dylan, oficinista de comentario afilado interpretado por el actor Zach Cherry. Hacía tiempo que no tenía un crush así con un actor. Zach me ha enamorado con su sutil comicidad y su discreta apariencia. Es el clásico actor con pecho de barril y con prodigioso talento para los secundarios robaescenas. Quiero pensar que está aquí para quedarse. El contraste entre su físico tosco, como inacabado, y el preceptivo traje de oficinista de corporación misteriosa alumbran un sex appeal de nuevo cuño. Me he enamorado de su contenida forma de actuar y de esa boca diminuta que apenas necesita articular para transmitir una sensación. Espero verle en la segunda temporada y en muchos proyectos más. Se llama Zach Cherry y os invito a memorizar su nombre.