«Pellizco en la nuca», un cómic a tu medida

“Pellizco en la nuca” es un cómic que explora el homoerotismo y la sensualidad de la edad madura a través de la historia de Juan, un hombre al que le gusta follar con otros hombres pero también padre divorciado con un hijo a cuestas, atrapado por un trabajo rutinario y deseoso de encontrar algo de emoción verdadera. Nos da la impresión de que Juan ha quemado muchos cartuchos en esta vida y, sin proponérselo, cae presa de continuas ensoñaciones eróticas que lo alejan de la mediocre realidad que le rodea. Hasta aquí el punto de partida. Porque muy pronto la vida de Juan se verá alterada por un hecho inesperado que le propulsará a un nuevo estado de las cosas. 

Este primer número (o grapado) de “Pellizco en la nuca” supone una declaración de intenciones de sus creadores, el dibujante y pintor José Manuel Hortelano (Murcia, 1979) y el guionista Manolo Dos (Castellón, 1973). Como ellos mismos han explicado en alguna ocasión, el proyecto funciona a dos niveles, por un lado rinde tributo al mítico “Manuel no está solo” (1983-1985) de Rodrigo y, por otro, pretende ampliar el contexto y los personajes habituales de las ficciones LGTBI+, interrogándose por esa masculinidad queer fuera del canon y transitando senderos que se alimentan tanto del realismo como de la fantasía, del noir o de lo que se ponga a tiro.

Sabemos que la cultura marica de mayor difusión (ese capitalismo rosa rancio, simplificador y excluyente) se alimenta básicamente del estereotipo, y en ese sentido “Pellizco en la nuca” muestra una clara voluntad de romper con tan detestable tradición y apostar por cuerpos y deseos fuera de la norma comercial. No en vano, el trabajo del dibujante José Manuel Hortelano supone una continuación de su trayectoria anterior (véase su fanzine Onán, dedicado a la masculinidad, a la intimidad y al autoerotismo) con el excitante añadido de llevarlo a un terreno narrativo.

Este “Pellizco en la nuca” (36 páginas) es la primera entrega de un total de cuatro que serán recopiladas en un solo tomo o novela gráfica una vez estén terminadas. Con un ritmo ágil, un dibujo de altura y un refinado gusto para atrapar el detalle erótico, solo nos cabe saludar esta iniciativa como una de las mejores cosas que nos han pasado en el terreno de la reciente historieta gráfica marica desde que Guibu nos presentara su indispensable serie “El ósculo hirsuto”. Siguen pasando cosas buenas y es preciso que lo sepas.

Consigue Pellizco en la nuca pinchando aquí (edición física o digital).

Pellizco en la nuca Instagram: @pellizcoenlanuca

Hubiese jurado que era mi nombre

Su cuerpo redondeado era el mejor instrumento en manos de un virtuoso. En aquella ocasión el virtuoso fui yo pero el mérito era todo suyo, tenía la sabiduría que aporta la edad. Su cama era de las de antes, allí se habían pegado polvos decimonónicos después de suculentos almuerzos. Su desnudez hablaba el lenguaje del amor y no me resultaba desconocido, solo había que dejarse llevar. Estimulé las profundidades de su hermoso culo con mis dedos, la nuez del placer respondía con descargas de intensidad eléctrica que tensaban su espalda y lo animaban a mover sus nalgas con movimientos salvajes. Supongo que fuimos subiendo la apuesta. Nuestros cuerpos estaban empapados de sudor y chapoteaban en plena fiesta. En aquel momento su cama ya era todo un cosmos sin esquinas ni límites visibles. Mis dedos seguían afinando aquella obra de ingeniería erótica. Ahora mi mano era un puño que tonteaba con penetrar aquel húmedo torbellino. Claro que podía entrar — joder, batía palmas por recibirme—, pero mi polla estaba a plena asta y no necesitaba banderas para anunciarlo. Cuando se la clavé murmuró algo sucio que no pude oír. Hubiese jurado que era mi nombre. 

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