Regala Palabra de oso

No hay mejor regalo para estas navidades. Haz feliz a tus amigos. Palabra de oso es la saga Bear de novelas eróticas más cachonda, divertida y adictiva jamás escrita. Miles de lectores están de acuerdo. Pide ya la colección, reparte felicidad, no llegues tarde. No hay regalo más Woof.

Visita la Tienda pinchando aquí.

Ceremonia secreta, la nueva novela de Bob Flesh

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Más madera para pasar la cuarentena. Ya puedes conseguir mi nueva novela de la serie Palabra de Oso, la saga de ficción Bear más caliente del planeta. ¿Su título? Ceremonia secreta y, una vez más, viene bien cargada de erotismo, intriga y humor. En esta ocasión el matrimonio Kaplan, compuesto por el orondo comisario artístico Theodor y su marido, el artista follador Marc Kaplan, se dispone a pasar un verano rutinario cuando las circunstancias les empujarán a vivir una excitante aventura en la que cabe todo: el voyeurismo, cultos sexuales prohibidos, logias secretas, nuevas modalidades del pecado y nuevas revelaciones sobre su vida en pareja. 

Ceremonia secreta es una celebración de la sexualidad que te atrapa desde sus primeras páginas y no te suelta hasta su sorprendente desenlace. Una fantasía absolutamente irresistible que te llevará a interrogarte sobre los límites del deseo y sobre tu propia experiencia erótica. ¿A qué esperas para adentrarte en su misterio?

Ya disponible en todo el mundo en papel y en formato digital en Amazon y también en la iTunes Store (formato digital).

Próximamente, en librerías especializadas de Madrid y Barcelona, en cuanto el Apocalipsis lo permita.

Lee el primer capítulo aquí

 

Leer nunca fue tan sexy

Hoy quiero darte un consejo. Recétate una buena dosis de dolce far niente estival y entrégate a los placeres inmediatos. Mis novelas de osos te proporcionarán grandes alegrías por muy poco. Alguien me dijo una vez que leer la serie Palabra de Oso se parece mucho a follar. A mí eso me parece pura crítica literaria. Quiero hacerte gozar y volar muy alto. Y tengo la conciencia tranquila, son ya muchos los lectores que manifiestan su amor y su adicción por las historias de Marc y Theodor. Aquí hay Palabra de Oso para rato. Date el gustazo, ya estás tardando.

Consíguelas en formato físico o digital aquí

Gay Pulp Fiction

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Siempre he considerado mi serie de novelas de osos como herederas de la tradición de la literatura pulp gay que empezó a popularizarse en los quioscos de Estados Unidos a partir de los años cincuenta, y especialmente ya entrada la década de los sesenta, en un momento en el que la censura se volvía más permisiva. Si alguien quiere tirar del hilo de la gay pulp fiction siempre puede empezar por echarle un vistazo a su correspondiente entrada de wikipedia. De lo que allí se dice me interesa destacar dos cosas. Una, que la denominación pulp viene dada por los pobres materiales con los que se llevaban a cabo las ediciones (pulpa de madera) y por su adscripción a los géneros populares más alejados de la alta literatura. Y dos, cosa curiosa, es notorio que desde un principio el mayor tirón comercial de este tipo de experiencias se concentró en las obras dedicadas a las historias sobre lesbianismo. Esto es así debido a que la categoría lesbian pulp fiction atraía tanto a lesbianas como a mujeres heterosexuales, como a hombres heterosexuales, es decir, a prácticamente todo el pastel completo de potenciales consumidores.

Sería ya a partir de la década de los sesenta y setenta cuando la gay pulp fiction coloniza el mercado en mayor medida. Estas sucias novelas se distancian de la literatura Pulp mainstream debido a su gusto por lo pornográfico y por incluir todo tipo de elementos tabú en sus argumentos. Más allá del delirio narrativo de sus propuestas (amores contra natura entre soldados yanquis y confederados, relaciones sadomosoquistas entre nazis y judíos), son muchos los estudiosos que señalan su valor a la hora de documentar momentos pretéritos de las subculturas LGTB.

Siento una gran simpatía por estas experiencias literarias que se mueven en las zonas abisales del buen gusto por su carácter pionero, por sus aires liberadores y porque evidencian algo que se mantiene vigente hoy día: la necesidad de los gays por disfrutar de historias que construyan un universo narrativo a la medida de sus intereses sexuales. Algo que —humildemente— llevo haciendo durante estos últimos cinco años a través de mi serie Palabra de Oso. Sin embargo, el motivo principal que me ha animado a hacer esta entrada es el de reivindicar el arte gráfico que encontramos en sus portadas, aspecto fundamental puesto que se trataba de novelas que debían resultar terriblemente atrayentes para sus potenciales consumidores desde el primer furtivo golpe de vista. Os dejo con una selección de entre las muchas que pueden encontrarse en la red. Prestad atención también a los eslóganes, no tienen desperdicio.

Fuente: Monster Mama

Comunicado de Bob Flesh

Estimados lectores, amigos y seguidores:

Habréis notado que últimamente me prodigo poco por estos mundos digitales, y la razón no es otra que la falta del tiempo y la energía necesarios para mantener vivos estos foros, planteando temas, debates y cuestiones de interés para la comunidad osuna como he venido haciendo durante estos años.

Esa falta de tiempo y energía también es trasladable a mi otra faceta, la que dio origen a todo, la de escritor de novelas, la de autor de esa serie pionera en la narrativa española que tan bien conocéis: Palabra de Oso. Perdonad tanto circunloquio, en realidad escribo este post para comunicaros que el volumen 8 de la serie va a tardar más de lo previsto en ver la luz. De hecho, ya hace tiempo que debería estar publicado, pero mis otras obligaciones, las que me dan de comer y pagan mis facturas, me impiden en este momento volcar toda mi creatividad en escribir una nueva historia.

Pero podéis estar tranquilos, Palabra de Oso no está ni mucho menos muerto. Marc, Theodor y compañía siguen muy vivos en mi interior. Puedo sentirlos arañando mis entrañas, luchando por volver a salir al mundo, retorciéndose dentro de mí en busca de nuevas aventuras que a veces asaltan mis neuronas en los momentos más inesperados. Aunque quisiera, no podría matarlos. Quién soy yo para quitar la vida a unos seres a los que una vez di a luz pero que ya no me pertenecen, que poseen sus propias vidas independientes y, reconozcámoslo, mucho mas interesantes que las de la mayoría de nosotros.

Así pues, me disculpo por este largo silencio y os pido paciencia. No sé cuánto tiempo pasará, espero que no demasiado, pero os prometo que volveréis a disfrutar de las apasionantes y tórridas aventuras de Marc, Theodor, Joel, Ginny, J.R., Oswaldo, Hans Mayer, Wolf,  Smog, Armand y Maurice, Carlos Bakunin, Bert, Leo Cunningham, el profesor Quisenberry y un larguísimo etcétera. Todos ellos son mis hijos, mis padres, mis amantes… mis amigos. Volveréis a saber de ellos.

Un abrazo peludo y carnoso.

Bob Flesh