Termina un año muy especial para mí. A lo largo del 2014 he publicado dos nuevas novelas (La leyenda del oso polar y Heredarás la noche) y esto ha convertido el proyecto de la serie Palabra de Oso en algo consolidado, ambicioso y por qué no, pionero. La primera serie de novelas eróticas sobre temática bear escrita con mimo, delicadeza, constancia y dosis masivas de alta temperatura sexual. Lectores de todo el mundo (España, México, Estados Unidos, Argentina y un largo etcétera) me han escrito para compartir conmigo las emociones (y por qué no, erecciones) que les despierta esta aventura literaria. Desde aquí quiero agradecerles muy sinceramente sus palabras y su apoyo incondicional. Para el habitante de toda subcultura es importante reconocerse en las ficciones de los demás y Palabra de Oso te ofrece la posibilidad de sumergirte en un mundo único a espaldas de las aburridas convenciones del mainstream, un mundo poblado por ositos, daddies, gorditos de todas las edades e intrépidos cazadores, todos ellos, gladiadores del amor en una realidad construida a su medida. Algo fundamental para mí, en este contexto, es que como escritor, mi amor por toda la fauna desplegada por la comunidad bear solo es comparable a mi amor por la literatura. Quiero que el lector goce a todos los niveles, de la experiencia abiertamente sexual a la puramente literaria.
Pero esto no es todo. Han ocurrido más cosas durante el 2014. Este ha sido el año en el que he puesto en marcha esta web. Y las intenciones que se ocultan detrás de este nuevo proyecto no pueden ser más ambiciosas. ¿Por qué? Porque desde aquí me propongo plantear un debate, y más concretamente, un debate en el contexto de la comunidad bear, cosa que no es tan sencilla como pueda parecer. De hecho, a lo largo de estos últimos meses he tropezado con actitudes que no tienen ningún interés en que se planteen reflexiones sobre el momento actual. Independientemente de su naturaleza pacificadora son recibidas con ira espontánea y afán de destrucción. La mera enunciación de la reflexión ofende, no hay posibilidad de ir más allá por parte de algunos. Nada de esto me afecta. Bob Flesh seguirá adelante con su cruzada. El universo bear es una subcultura joven, y como tal, la encuentro fascinante. Es el momento de analizar lo que ha ocurrido a lo largo de estas últimas décadas, estudiar su evolución y fijarse en el momento actual. Desde mi punto de vista es preciso plantear dicho debate y crear un espacio para la reflexión. Eso es lo que pretendo hacer desde esta web.
Paralelamente, me entristece el desencanto experimentado por muchos de mis colegas, cuando hablan de la subcultura ursina como de algo acabado, desvirtuado, mercantilizado, estereotipado y definitivamente echado a perder. Me niego a participar de ese punto de vista. Me niego a ser un cenizo o un abuelo cebolleta, pese a que mi edad madura me anima a escuchar tales cantos de sirena. Quiero investigar, preguntar y escarbar a la búsqueda de respuestas. Quiero poner orden en medio del desorden, determinar conceptos y actitudes, explorar lo que se oculta en su interior. Es un proceso muy excitante el que hemos estado viviendo durante estos últimos años, especialmente desde la impronta de Internet. Quien no quiera verlo, hará bien, pero yo le pido que no meta ruido ni cizaña. Durante el próximo año esta web apostará fuerte por el formato de la entrevista. Es preciso (y precioso) escuchar a las voces autorizadas que son capaces de ayudarnos a poner un poco orden en medio del caos. No dejemos que la cultura de masas y el dichoso mainstream acaben con todo, al menos pongámoselo difícil. Luchemos contra el estereotipo, abracemos la diversidad, al gordito, al cub, al chaser y al daddy. Y a todos los demás. Follémonos el canon estético universal y orinemos sobre lo “estéticamente correcto”, noción tan peligrosa como la de lo “políticamente correcto”. Luchemos contra las nuevas formas de censura y luzcamos con orgullo nuestras barrigas peludas, nuestras espaldas de oso o nuestras caderas de chaser. Me llamo Bob Flesh y estas son mis intenciones. Feliz año para todos.