Un año más llega la navidad y te pilla desprevenido, las prisas, las malas elecciones y las decisiones precipitadas, siempre igual. Santa Claus lo tiene claro y te recomienda el mejor regalo para estas fiestas, las novelas de Palabra de oso son pura diversión, cien por cien aventura y erotismo. Más adictivas que una serie, más calientes que las brasas de tu chimenea. Apuesta por el triunfo seguro, regala Palabra de oso. Once novelas, once razones para demostrarle amor a esa persona tan especial.
Calentita, recién salida del horno de la factoría Torres Ibarzo Estudio, ya está aquí el número #4 de Hairy Magazine, la revista más furry del mercado, el homenaje definitivo a los hombres peludos de todos los tamaños. No encontrarás culos más apetitosos ni torsos tan poblados como estos, una guía erótica festiva imprescindible para el hombre moderno.
Según nos cuentan desde su web: «176 páginas rebosantes de fotografías exclusivas, textos cargados de referentes y morbo, arte, color (mucho color), furrylicious, barbas y pelo, hairy backs… Todo lo ortod-oso que siempre has encontrado en Hairy Mag. Editada en un formato de lujo, más grande y voluminoso, e impresa en distintos tipos de papel deluxe; el magazine incluye, por primera vez, la traducción de todos los textos al inglés; y se publica con dos portadas diferentes a elegir.».
Todo un festín de imágenes y colaboraciones que no descuida la palabra escrita. Junto a textos de Bob Pop, Juan Flahn, Paco Tomás, Cachorro Lozano o La Terremoto de Alcorcón, también podrás encontrar «Un culo formidable», un relato inédito de un servidor, Bob Flesh, ilustrado con un magnífico dibujo del artista José Manuel Hortelano-Pi. Con este calor, combate el fuego con el fuego. HairyMag te quiere ayudar.
Ed Asner era uno de esos actores que invocaban la subcultura bear antes incluso de fuese inventada, eso que venimos llamando protobear. Su físico rudo y viril, su aplomo y su carisma eran cualidades que resultaban atractivas más allá de sus incontestables dotes para la actuación. Ed Asner era un tío cojonudo y lo fue hasta el final. Un modelo de sensatez, humildad y activismo político bien llevado. Además de icono fundamental para la causa Palabra de oso, Ed Asner representaba esa masculinidad soñada, libre de elementos tóxicos y esculpida con el cincel de la sensualidad suprema. En definitiva, para Palabra de oso, Ed siempre ha sido el espejo en el que mirarse. Por eso, y por su brillante carrera como actor, lamentaremos su pérdida durante mucho tiempo.
Me doy cuenta de que para las nuevas generaciones era una figura poco conocida. Para muchos medios era el actor que prestaba su voz al entrañable anciano protagonista de Up, la cinta Pixar de animación. Pero todos aquellos que peinamos canas guardamos innumerables recuerdos de su dilatada carrera, un trayectoria con más de cuatrocientos títulos registrados en su ficha de IMDB. Porque Edward Asner es en sí mismo un capítulo de la cultura pop, una leyenda de la era dorada de la televisión americana (años 70) y una cara habitual en películas de todos los tamaños, ya sean producciones hollywoodienses de tipo A o telefilms de temporada. Uno de los últimos representantes de esa estirpe de actores de carácter (y con carácter), orondos y espléndidos, que vivieron su mejor momento en décadas pasadas y que veneramos desde esta web. Una estirpe que tras las funestas pérdidas del último año (Allen Garfield, Brian Dennehy, Ned Beatty) está ya en claras vías de extinción.
NY años 50
De entre aquella generación de actores, a la que también pertenecía el recordado Charles Durning, la figura de Edward Asner ocupó un lugar privilegiado. Nacido en el año 1929, Ed fue educado en el seno de una familia judía ortodoxa. En su juventud desempeña trabajos de vendedor de puerta a puerta, de operario en la industria metalúrgica o en la cadena de montaje de General Motors. Tras sus obligaciones con el ejército siente la llamada de las tablas y durante la década de los cincuenta se suma a la Playwrights Theatre Company, de ahí dará el salto a Nueva York, donde conseguirá su primer protagonista en Broadway, en una adaptación de la célebre La ópera de los tres centavos de Bertolt Brecht.
En los sesenta decide instalarse en la soleada California y el carrusel de la televisión empezará a girar. Su rostro empieza a aparecer en series tremendamente populares como Los intocables, El fugitivo, El virginiano, Viaje al fondo del mar o Hawai 5-0, entre muchas otras.
Pero será la década de los setenta la que lo propulse al olimpo televisivo gracias a su papel de Lou Grant, periodista brutote y sarcástico en la exitosa sitcom de Mary Tyler Moore La chica de la tele. El tirón del personaje desembocará en su propio spin-off, la serie homónima Lou Grant, que arranca con el traslado a la costa oeste de su protagonista para hacerse cargo del rotativo Los Angeles Tribune. El éxito de la serie será tremendo pero no imparable. Tras cinco temporadas (del 77 al 82) la serie será cancelada por la cadena. Según el propio Ed a consecuencia de su mala relación con los productores. La reputación del actor corría de modo paralelo a su condición de figura pública comprometida con la causa política y social. Asner se mostró muy crítico con la actuación de los EE.UU. en América Central y su carácter contestatario le pasó factura en más de un momento de su carrera. “No es que exista una lista negra en Hollywood, pero sí esa consideración de ‘este actor es conflictivo, nos dará problemas’”, manifestó en alguna ocasión.
Los papeles iban y venían, pero se daba el caso de que su estrella seguía brillando en series que acababan convirtiéndose en auténticos fenómenos sociológicos como Hombre rico, hombre pobre, en la que interpretaba al brutal patriarca de la saga familiar, o Raíces, en el papel del capitán del barco esclavista, un personaje torturado por el conflicto moral. Durante su reinado televisivo fue nominado al premio Emmy en veinte ocasiones, y se hizo con él en siete de ellas. Su compromiso político — era un demócrata convencido— se hizo extensible a su propia profesión. Durante el periodo de 1981 a 1985 ejerció de presidente del Screen Actors Guild y mostró su firme oposición a las políticas desarrolladas por la administración Reagan.
Durante estas últimas décadas siguió trabajando y prestando su voz grave e inconfundible tanto a éxitos rotundos como el mencionado Up como a programas radiofónicos, series de animación, podcasts o películas. En su ficha de IMDB consta un total de nueve títulos rodados durante el año 2021, algunos de ellos sobradamente conocidos (la serie Cobra Kai) y otros en fase de postproducción.
Sabemos que mantuvo una intensa actividad en redes a través de su Twitter y que su compromiso humanitario con diferentes causas perduró hasta el final. Se casó en tres ocasiones y tuvo cuatro hijos. Cuando murió tenía noventa y un años y, francamente, a esas edades a uno le apetece descansar. Su legado seguirá vivo y permanece en todos aquellos que hemos admirado su trabajo y su condición de icono sexy bear sin ser él nada de eso. Nunca llegamos a tomarnos una copa con él pero para aquellos que tenemos el paladar educado en la belleza bruta y masculina, Ed Asner siempre ocupará un lugar muy especial en la construcción de nuestro deseo. Bello por dentro, bello por fuera. Buen viaje, Ed.
Las malas lenguas dicen que 2020 ha sido ese año que parece haber sido escrito por Stephen King. Sea como sea, ha sido el primer año de la pandemia y solo nos cabe desear que el segundo sea mejor. No pienso aburrir a nadie con las reflexiones de Bob Flesh sobre un año tan controvertido. Por aquí hemos continuado con nuestras rutinas y hemos seguido construyendo este universo Palabra de oso que se alimenta tanto de mis novelas o microrrelatos como de las cosas interesantes que suceden alrededor de la causa bear. La vida continúa y siempre lo hará. Seguimos descubriendo cosas que merecen nuestro interés y, mientras otras desaparecen, también están aquellas voces o artistas que permanecen y nos ofrecen regularmente una nueva explosión de creatividad. No me apetece enumerar nombres, este año me encomiendo a la nube de imágenes. Son cosas que han pasado por esta web. Sigue dándole al scroll si te has perdido alguna.
Para mi gusto, durante este año el capítulo dedicado al obituario ha sido demasiado abultado. En pocos meses, nos han dejado tres iconos fundamentales como son los actores Brian Dennehy, Wilford Brimley y Allen Garfield. Una gran pena a la que hemos correspondido con merecidos homenajes y algo que, a la postre, queda compensado por su inmortal legado, unas actuaciones y unas películas sobre las que volveremos una y otra vez. Es lo que tienen los iconos, que son inmortales. Por mi parte, he publicado Ceremonia secreta, la novela número 11 de mi serie Palabra de oso. Como las anteriores, me está dando muchas alegrías y sigo calentando motores para nuevas entregas. También he continuado con algo que me encanta, como es la sección Entrevistas Palabra de oso. Siempre es un placer compartir las experiencias de los demás. Hay mucho por hacer todavía. A veces me da la impresión de que, aunque pueda parecer lo contrario, esta cosa de los osos sigue siendo marginal, algo muy excluido del implacable mainstream. Soy un pesado con esto, pero creo que tengo motivos. Los hombres gordos y el amor que profesamos a sus hermosas y sensuales formas sigue siendo excluido por la así llamada Cultura oficial. En ese sentido, creo que el trabajo de todos vosotros, como el de esta web, sigue teniendo mucho sentido. Tenemos que seguir peleando por conquistar nuestro espacio y dejar de justificarnos por nuestra falsa condición de rara avis. Lo único que queremos es diversidad de todo tipo, de género, te tamaños y pelajes.
Y la cosa no se para. Termina este año de la pandemia pero siguen pasando cosas. Una especialmente bonita está a punto de ocurrir y será el primer post del 2021. Y tengo otras pendientes. Cosas muy molonas. Tenemos que seguir creando referentes y ampliando un lenguaje del deseo común. Es natural. Yo al 2021 solo le pido que me devuelva parte de la sensualidad de la que me privó tanto confinamiento porque las experiencias son el mejor complemento de la imaginación. La imaginación es la mejor herramienta para todo artista o creador pero la experiencia es la sal y la pimienta. Así que si le pido algo al que será Año 2 de la pandemia es que nos vaya devolviendo ese campo siempre fértil de la experiencia. Porque para la introspección y el confinamiento siempre hay tiempo.
Dicho esto, solo quiero dar las gracias a todos aquellos que han colaborado de un modo u otro con esta web a lo largo de este año y expresar el deseo de seguir encontrándonos todos, creadores y curiosos, por aquí.
No hay mejor regalo para estas navidades. Haz feliz a tus amigos. Palabra de oso es la saga Bear de novelas eróticas más cachonda, divertida y adictiva jamás escrita. Miles de lectores están de acuerdo. Pide ya la colección, reparte felicidad, no llegues tarde. No hay regalo más Woof.