Se cumplen dos meses del lanzamiento de mi última novela, Nunca en viernes 13, y me parece una buena ocasión para repescar la entrevista que me hicieron en la web bearinbcn.com a propósito de su publicación. Por cierto si no conocéis la web, echadle un vistazo porque incluye abundante información sobre la escena bear, especialmente para los que vivís en Barcelona.
La tercera entrega del cómic Pellizco en la nuca se presenta fuertecita, con un extra de erotismo, con esa pizca de magia marca de la serie, ese gusto por lo onírico, la ensoñación o lo fantástico a escala cotidiana y encaminando su trama hacia su resolución, que tendrá lugar en el próximo número. Continuamos con el devenir de Juan, su orondo protagonista, en esta ocasión entregado a los placeres que le procura el tiempo libre recién conquistado, persiguiendo la estela de aquel misterioso hombre que le hizo experimentar el pellizco en la nuca y cultivando las relaciones con su entorno familiar y de amistades, entre las que se cuentan su exmujer Adela o sus amigos Ángel y Bobby. Precisamente Bobby, el propietario del bar donde se reúnen los personajes, protagoniza la portada de este nuevo grapado, un personaje cuyo culto e interés no para de crecer entre los nuevos lectores que se incorporan a la serie.
El dibujo de José Manuel Hortelano-Pi continua evolucionando hacia el más puro esplendor (las primeras páginas de este número son una escalada hacia la sensualidad desatada, enlazando varios planos narrativos, haciendo virguerías con las transiciones entre escenas y cargando las tintas hasta alcanzar lo épico), mientras la historia de Juan, su protagonista, avanza sin pausa hasta su intrigante desenlace. Como en los números anteriores, el guion corre a cargo de Manolo Dos.
Si quieres hacerte con cualquiera de los números de la serie, puedes conseguirlos aquí.
Y si quieres leer más sobre este proyecto, puedes repescar las respectivas entradas que dedicamos al número 1 y al número 2.
Rodada en el año 1977 por el director de origen checo Ivan Passer, Silver Bears es una película bastante olvidada que recuperamos hoy por motivos absolutamente caprichosos y afines al espíritu de esta web. Si algo ha impedido que caiga en el olvido de nuestra selectiva memoria se debe a su escena inicial, en la que un grupo de hombres de negocios es convocado en un jacuzzi para tratar un tema extremadamente confidencial. Lo anecdótico de la escena también resulta tremendamente insólito para cualquiera que aprecie la desnudez de los hombres maduros y de los cuerpos fuera de la norma estética oficial. Silver Bears, estrenada en España con el título de Gigantes de plata, es una intriga ligera sobre el blanqueo de dinero y las malas prácticas de los ingenieros financieros. Su elenco protagonista resulta curioso e internacional, con rostros tan carismáticos como los de Michael Caine, Cybill Shepherd, David Warner, Louis Jourdan, Martin Balsam, Stéphan Audran, Joss Ackland o el mismísimo Jay Leno. En cualquier caso, todo eso nos da bastante igual. La película se grabó en mi sucia mente a una tierna edad adolescente a raíz de un espontáneo pase televisivo. Para aquellos que leen esto desde España, sabed que la tenéis disponible en el catálogo de la plataforma Filmin. Llevaba años queriendo hacer este post y aquí queda, como testimonio de esos raros momentos en los que el cine comercial se atrevía a salirse de la norma estética oficial, para provocar la risa de una predecible mayoría y, mira tú por donde, la jubilosa alegría de una inmensa minoría.