Manifiesto Bear

La manera lógica de culminar esta serie de entradas dedicadas a las turbulencias detectadas en el seno de la comunidad ursina mundial reviste las formas de un nuevo manifiesto. No será el primero ni el último, y tampoco se trata de una cuestión caprichosa, el malestar bear lleva gestándose desde hace al menos una década. Si queremos que la subcultura de los osos vuelva a lucir en todo su esplendor, será preciso realizar un ejercicio de autocrítica, darnos un baño de humildad y volver a fijar la mirada en los presupuestos básicos de nuestra peluda comunidad, es decir, aquellos que animaron su propio surgimiento allá a finales de los ochenta del pasado siglo. Con este propósito, esta web, de manera intrépida —y sin embargo humilde—, lanza a la comunidad global el siguiente manifiesto:

manifiestobear2015

1. La etiqueta bear es una manera de entendernos.
2. La etiqueta bear es polisémica e inclusiva, admite a todo el mundo: gordos, flacos, peludos y lampiños.
3. Usted es un oso, o un gordito, o un cazador, o un muscle, o un otter. No importa su envergadura física ni la cantidad de pelo que pueble su pecho.
4. Para formar parte de la comunidad bear solo es necesario un requisito: desear formar parte de la comunidad bear.
5. La comunidad bear no establece jerarquías, y si las establece es preciso acabar con ellas. Todos somos ciudadanos de primera clase: osos, gorditos, cazadores, muscle, otters, etc.
6. Aquellos que incumplan el punto anterior serán invitados a extraer su cabeza de lo más profundo de su culo.
7. Los habitantes de la comunidad bear que se comporten como divas engreídas recibirán no menos de veinte azotes en sus carnosas o magras nalgas.
8. Reivindicar nuevas maneras de entender la masculinidad en el contexto gay no significa menospreciar la pluma o lo femenino. La comunidad bear será inclusiva o no será.
9. La comunidad bear no puede ser víctima de estereotipos: sus principios son las ganas de compartir, disfrutar y follar en armonía.
10. El mainstream surgido de la escena bear imita las dinámicas del mainstream típico de una sociedad tardocapitalista, por lo tanto, por pura higiene, debe ser periódicamente revisado, cuestionado y deconstruido.